Director Ejecutivo de Idee asesora Plan Estratégico de Cultura de Concepción

Un avance fundamental en las últimas décadas del siglo XX fue el hecho de que si bien las ciudades siempre tuvieron funciones culturales, la evolución de la economía global orientada hacia los servicios, situó a la Cultura en el verdadero núcleo del desarrollo urbano, sustituyendo la noción tradicional de ella como arte y herencia, para pasar a considerarla como un activo muy importante para responder a los desafíos del siglo XXI. Por ello, al ser las ciudades los espacios más próximos a la ciudadanía, fueron los gobiernos locales quienes primero replantearon sus estratégias de desarrollo social y urbano adaptándolas a las nuevas circunstancias, tomando la Cultura como punto de partida, fomentando la diversidad cultural y la participación como elementos clave del desarrollo local.Fue así como desde mediados de los años 90, la planificación estratégica urbana comenzó a converger con los principios del pensamiento estratégico sobre cultura. Si bien en un principio los planes de cultura eran sectoriales respecto a los de ciudad, progresivamente fueron afectando más allá de su ámbito “tradicional”, abordando enfoques más territoriales que sectoriales, buscando de esta forma modelar la sociedad del conocimiento y mejorar la calidad de vida de sus habitantes, pero también buscando crear empleo, regenerar las ciudades o promover los derechos humanos y de inclusión social.Hoy, Cultura y Desarrollo son conceptos que desde diversos sectores se reconocen estrechamente relacionados. Por ello es normal que en la actualidad la dimensión cultural se aborde desde un sentido horizontal integrándose como un sector más, sumado a salud, educación, economía, vivienda y otros, abordando el desarrollo de las ciudades, regiones y países en diálogo permanente con los ciudadanos.

Tanto en Europa como en América latina, cada vez más ciudades promueven planes estratégicos de cultura. En ello ha sido fundamental el aporte realizado por la Agenda 21 de la Cultura, el primer documento con vocación mundial, que apuesta por establecer las bases de un compromiso de las ciudades y los gobiernos locales para el desarrollo cultural.Porque finalmente, ante entornos regionales más dinámicos, complejos y exigentes, nuevas tendencias socioeconómicas y mayores demandas sociales, la planificación estratégica basada en la cooperación público privada, es un buen instrumento para ir adecuando la gestión municipal hacia temas de importancia estratégica y lograr que el municipio de una manera hábil y eficaz, sea un administrador relacional, promotor de iniciativas, proyectos sociales y económicos, que permitan ir organizando la ciudad a los retos del futuro.